Nada más y nada menos se trataba de la
construcción de la Ecociudad del Canal
(¡atención al nombrecito) dentro de la magna intervención conocida como Valencia Olímpica –La Puerta de L’Albufera (aquí
el nombre en lengua vernácula, supongo que para empatizar).
¡¡¡ Parte de la Albufera convertida en puerto
deportivo !!!
Observad que en el nombre oficial
concurren todos los términos necesarios para engatusar al personal: Valencia Olímpica (por la cosa del
evento), Puerta de la Albufera
(aprovechando la fama del lugar y como vía de acceso al mismo a la vez que
suficientemente alejado como para evitar suspicacias), Ecociudad del Canal (la
“ecología” por delante y la localización de la criatura) … en fin, el montaje
perfecto.
La cosa estaba prevista para el
caso de que progresase favorablemente la candidatura olímpica de 2016 que, como
todos sabéis, acabó en nada.
Todo esto lo hemos sabido, o
confirmado oficialmente, a raíz de la declaración ante el juez del conseller
(¿tendría que poner “consejero” para evitar localismos provincianos indeseables
ante tanto glamour?) Esteban González Pons, a la sazón responsable y en
relación con la celebración del Valencia
Summit (cumbre, cima, cúspide … en menos pijo), entre los años 2004 y 2007.
Me comentan que la alcaldesa, la sra. Rita Barberá andaba muy ilusionada con el
proyecto.
El sr. González Pons se ha
apresurado a lanzar balones fuera afirmando que la firma que estampó en el
preacuerdo del engendro no ha supuesto el dispendio de un solo euro para los
valencianos (¡faltaría más!), lo cual no lo exime de su también pre-aceptación del asunto sin
contar para nada con la condición de Parque Natural de los terrenos afectados.
Personalmente pienso que sigue
necesitándose una mayor cultura ecológica para todos, pero en especial para
quienes ostentan cargos públicos de suficiente nivel como para decidir la libre
disposición del territorio natural para montar negocios como el que hoy nos
ocupa.
Algún día dedicaré una entrada a
las diferentes figuras legales de protección de la naturaleza (parques,
espacios, lugares, lics …). Pero hoy me limitaré a recordar una de las
condiciones que deben cumplirse para declarar, como es el caso de nuestra
Albufera de Valencia, un Parque Natural: Un espacio de tal categoría … ¡NO SE
TOCA!, y menos para montar una urbanización-negocio como el propuesto.
El peligro para tal desaguisado
se conjuró para 2016 gracias al fracaso de España como candidata a la
celebración de loa JJOO. Pero ahora vuelve a moverse la campaña (y el dispendio
ingente de dinero, todo sea dicho) para el 2020. Y Valencia como subsede
olímpica.
¿Tendremos otra vez sobre la mesa
el proyectito de marras? ¿Habrá ya alguien frotándose las manos y agrandando
sus bolsillos para que tengan más cabida? ¿Volverá a estar la Albufera otra vez
en el ojo del constructor interesado?
Mi deseo con esta entrada es
contribuir al conocimiento por todo el mundo y que pueda crearse el muro de
contención necesario para evitarlo.
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Para que no todo sea letra, os
propongo un pequeño montaje de imágenes, intencionadamente breve y fugaz (por
eso lo subtitulo “pincelada de color”) sobre la Albufera. Ya habrá
futuras ocasiones de incidir más extensamente sobre sus enormes valores
naturales que hemos de proteger a ultranza.
Lo podéis encontrar AQUÍ
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